Milei firmó el lunes el documento final del encuentro, no sin antes manifestar su rechazo a varios de sus contenidos, específicamente aquellos relacionados con la Agenda 2030.

La intervención de Milei en la cumbre del G20 que se lleva a cabo en Río de Janeiro, Brasil, fue calificada de “cínica”, dado que la pobreza en Argentina alcanza actualmente al 54% de la población.

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A través de un comunicado oficial, la Oficina del presidente destacó que Milei dejó en claro su postura contraria a diversos puntos de la declaración.

Durante su intervención, Milei defendió que su estrategia para combatir el hambre y la pobreza se basa en reformas de mercado que implican una reducción del papel del Estado, pero no mencionó que esas medidas han llevado al país a una profunda crisis.

En ese sentido expresó, “si queremos luchar contra el hambre y erradicar la pobreza, la solución está en corrernos del medio”.

Sin embargo, según informes de Unicef, más de un millón de niños y niñas se van a dormir sin cenar cada noche, lo que acentúa la grave crisis social del país.

El mandatario argentino subrayó que «lo único que funciona para sacar a miles de millones de la pobreza es el capitalismo de libre empresa», aunque esa afirmación se contrasta con la realidad económica que enfrenta el país.

De acuerdo con el Banco Mundial, las políticas implementadas por el gobierno de Milei, apodadas como el «plan motosierra», han llevado a que la inflación alimentaria en Argentina se posicione como la más alta a nivel global durante 2023-2024.

Desde la toma de posesión de Milei, el consumo de alimentos ha disminuido entre un 11 y un 16 por ciento, resultado de la afectación a las políticas que anteriormente promovían el acceso a la alimentación.

A esto se suman los recortes en sueldos y pensiones, así como despidos masivos, que han exacerbado la crisis social en el país.

En contraste con la postura de Milei, todos los líderes presentes en la cumbre del G20 firmaron su adhesión a la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, una iniciativa impulsada por el presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva, que busca dejar un legado político en la lucha contra esas problemáticas.

La discrepancia entre la visión de Milei y la de sus pares resalta las tensiones en la discusión sobre las mejores estrategias para abordar la pobreza y el hambre en el mundo actual.

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